José Luis Valle de origen salvadoreño afincado en México, realiza su primera película de ficción donde cuenta la historia paralela de
dos personas en Méjico, un hombre y una
mujer.
Tiene lugar en
Tijuana, en la frontera de los Estados Unidos, el título de la cinta alude a la
fuerte influencia del inglés en la ciudad.
El hombre, Rafael, es un solitario
que vive en una casa remolque
en un lote baldío, sin más compañía que un canario; nunca sonríe. Hace la
limpieza en la planta de una multinacional que fábrica de focos. Pide su jubilación
después de 30 años de servicio, pero su jefe se la niega porque no hay constancia de su fecha de ingreso y al
enterarse de que Rafael es de origen salvadoreño y que sigue siendo ilegal, le
dice que excepcionalmente no llamará a inmigración y por haber sido tan buen
empleado, podrá seguir laborando en la planta.
La mujer, Lidia, es una
trabajadora doméstica. Atiende a una acaudalada mujer en una silla de ruedas, cuya única preocupación
es su perra galgo llamada “Princesa”.
La dueña estrafalaria muere. Según su testamento, Princesa será su heredera universal, los siete empleados domésticos
seguirán al servicio de la perra. Y al morir el animal, heredarán su fortuna.
De
manera silenciosa Lidia y Rafael comienzan una batalla que nadie ve. Él contra
la compañía y ella contra una perra.
A mi me gusto mucho la película
porque hay humor, un humor frío que denuncia situaciones absurdas, injustas. Resisten
los protagonistas, cada uno a su modo.
Bernadette D.
Extraída de internet |
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