Al buscar en Internet aprendimos que muchas
palmeras a orillas del mar Mediterráneo estaban enfermas por la presencia de
dos insectos: una mariposa originaria de Argentina y un picudo rojo que es un gorgojo originario de
Asia.
Nos pusimos en contacto con una empresa especializada en curar las palmeras. Nos mandaron un equipo estupendo: dos
camiones, uno trayendo una navecilla sobre un automóvil oruga y el otro un
aparato para desmenuzar.
Para la palmera enferma (7 metros de altura), cortaron todas las palmas con una máquina de tronzar. Las hojas cortadas estuvieron trituradas en seguida.
Al hacer esto, aparecieron unas mariposas con sus gusanos y también unos picudos rojos.
Luego el árbol fue tratado con insecticida y su cima
fue cubierta con liga. La segunda palmera (10 metros de altura) fue también
tratada con insecticida por seguridad.
El resultado fue un poco extraño: una palmera en forma de… ¡menhir o tótem!
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