Nuestra aventura por Latinoamérica

Este año tuvimos ganas de estar tres meses fuera de Francia y así escapar a la medida del invierno.

Nos alentaron nuestras experiencias precedentes a través de América Latina y el éxito del viaje de nuestro amigo Claude. De hecho, con un poco de organización  se puede arreglar por uno mismo muchos problemas que resuelven las agencias de viaje a precio de oro. Un mes antes hicimos un programa detallado, con libro  El Routard e Internet, verificando la posibilidad de ir de un punto al otro a buen precio con buses fiables o trenes, en unas etapas no demasiado largas, o que se podían hacer de noche. Y eligiendo excursiones locales con organizaciones eficientes. La sorpresa es que todo no resulta tan caro. Elegir el alojamiento donde los habitantes permiten además de conversar con ellos, de sentir como viven, las dificultades del país, sus riquezas, sus sueños, de llevarse recuerdos preciosos,  y a veces crear amistades.

Los primeros días fueron consagrados a aprovechar un alto en México DF para ver el Museo de Arqueología y las pinturas de Diego Riviera en el Palacio Nacional.

El museo es  en sí mismo una obra de arte. La arquitectura moderna toma inspiración de los palacios Maya.

Las salas consagradas a las civilizaciones prehispánicas de país, mayas pero también Aztecas, Olmecas, Toltecas abren sobre un jardín amparado por un enorme paraguas con una columna de bronce grabada que constituye una atrevida expresión de arquitectura. La presentación es muy atractiva.

Las estatuas, los bajo relieves son elegidos con pertinencia, bien presentados con una luz agradable e ilustrados con comentarios muy pedagógicos.

En el Palacio Nacional los frescos constituyen una deslumbrante presentación de la historia  de México, desde la época prehispánica hasta las luchas de los siglos recientes.

 Emocionante es la cara de Frida Kahlo, emergida en ese pueblo en lucha. Era entonces una alumna entre otras del Maestro pero la que se enamoró de él por suerte o no.

                                                                                                                                

                                                                                                                                                Dan y Bruno