En el 2002
estaba en la playa con mi hijo en la región Cátara. De repente las olas
aparecieron a la orilla de la playa, primero pequeñas y después cada vez más
grandes. Fue el inicio de la huida de la gente hacia el pueblo. Mi hijo estaba
construyendo un castillo de arena, se dio cuenta de la situación cuando el agua
lo invadió. Fue en este momento que
tendió un dedo hacia un punto en el mar; vimos una forma negra que salía de allí
y que crecía conforme se acerca a la orilla, era un enorme sombrero y debajo un hombre o monstruo
gigantesco. A cada paso correspondía una ola más grande que la precedente. Era demasiado tarde para escapar, cuando iba a pasar encima de
nosotros, mi hijo lo llamó "Monsieur". A dicha llamada el gigante se detuvo
y con sus quince metros de altura se inclinó hacia nosotros y nos preguntó si
no le teníamos miedo como todos los demás que siempre huían.
Después nos
contó que salió del océano para reconstruir su castillo que fue destruido en
los años 1220. Nos llevó en su hombro, atravesó la playa en tres pasos y en
menos de una hora llegamos al sitio de Quéribus.
En dos días
reunió todas las piedras de su castillo y lo reconstruyó en la cima de las rocas. Después regresamos a
la playa y nos despedimos en la arena y nos dijo que volvía al océano.
Mi hijo le
preguntó cómo iba a través de él, a lo que el gigante le respondió que tenía
una ballena azul que lo esperaba no lejos de ahí.
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