En el Museo Nacional del Indígena Americano en Washington vimos una exhibición: El camino
del Inca, resultado de 6 años de investigación con 140 objetos, algunos de los
cuales teniendo más de 2000 años.
La red de caminos
inca es una de las obras de ingeniera más extraordinarias del mundo. Hoy tramos
sustanciales de la red de 39000km sobreviven, uniendo cientos de comunidades a
través de Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina.
Cuando los turistas observan Machu-Picchu, lo que la mayoría de la gente no ve y tampoco no sabe, es que una verdadera maravilla está debajo de ella. La exhibición muestra la dimensión de la comprensión inca del agua y como aplicaron la misma tecnología a la construcción de caminos. Lo construyeron teniendo en cuenta la posibilidad de eventos sísmicos. En terrenos escarpados realizaron escalones para disipar la energía del agua y contrarrestar la erosión. Cuando necesitaban paredes de apoyo le dejaron agujeros para que el agua pudiera drenar.
El camino es una vía
física pero tiene también un “espíritu”. Todos los caminos emanaban de Cusco el
centro espiritual del imperio. Barriero, uno de los investigadores, afirma que
la sociedad Inca era ciertamente”estricta” pero había en su centro una
filosofía de reciprocidad. Los Incas devolvían a la naturaleza lo que esta les
daba. Todo estaba organizado y regulado por el estado, pero irónicamente, fue
esa misma red de caminos lo que aceleró la desaparición de sus creadores. Y dicha vía que le les había dado un acceso sin precedentes a todos
rincones de su imperio le abrió paso a los conquistadores.
Miguelita de Los
PajarillosPD. Esta entrada también se encuentra en el blog Vamos a hincar los codos.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire