vendredi 9 octobre 2015

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ABAJO DE LA PIEDRA


Durante los días más calurosos de julio, Sebastián jugaba con sus compañeros en el torrente, en la sombra de los fresnos. Habían descubierto una parte alargada del cauce donde  el agua era más profunda y bordeada de algunas rocas llanas. Tenían la costumbre de refrescarse los pies a falta de poder bañarse. Cuando llegaban, a menudo vislumbraron tan rápido como un relámpago una bonita trucha arcoíris que atravesaba el torrente para refugiarse por debajo de una larga piedra llana. Tenían muchas precauciones para poder mirar al pez, pero en cuanto llegaban en el campo visual de la trucha, ella con un coletazo instantáneo iba a refugiarse debajo de la piedra. Sebastián apostó con sus compañeros que antes del final de las vacaciones pescaría a mano la trucha.
Eligió un día más caluroso que los otros y fue al torrente inmediatamente después de comer. La trucha estaba en el medio del cauce calentándose y como siempre desapareció por debajo de la piedra en cuanto Sebastián se dejó ver. Nuestro pescador sin desmoralizarse se arrodilló en el agua al frente de la piedra llana, hundió el brazo en el agua y lo estiró por debajo dicha piedra. El agua estaba bastante fría pero eso no le molestó. Exploró con los dedos alargados el el fondo en busca de la trucha y encontró solo barro y agua, enturbiando de barro amarillo el agua cada vez más con sus gestos. Él estaba ahora casi acostado boca abajo, con sus labios rozando el agua enturbiada pero no encontró ninguna cosa escurridiza por agarrar que pudiera ser el pez.
 Moviendo su brazo extendido exploró más el espacio debajo de la piedra que no imaginaba tan ancho. De repente, sus dedos asieron algo de piel pelosa, mullida, y caliente que pataleaba y que le arañó los dedos. Su espanto fue tan grande que apartó su brazo hundiendo en el gesto su rostro en el agua sucia, y se abalanzó fuera del río. Tardó mucho tiempo en recuperar su aliento y comprender que la trucha no estaba disfrazada pero que él había tocado una rata de agua.
                                                                                                            Jean Bernard


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