jeudi 11 octobre 2018

Salvador Dalí


- ¿Qué tal Domingo? ¿Qué te pasa ? me pregunta mi amigo Gérard, gran pescador y también gran poeta de Beziers.

-    Hombre , me siento muy mal ..Tengo como un rompecabezas, - le contesto a punto de llorar-Tengo que escribir unas palabras sobre un cuadro, cualquier que sea de Salvador Dalí para el próximo miércoles, y como es muy rigurosa e inflexible la profesora. Es absolutamente obligatorio o no seré admitido en clase para el año próximo ¿Y sabes? Mi historia con Dalí, no es fácil porque al principio, hace mucho tiempo me gustaban mucho sus pinturas, yo te hablo mucho antes de internet. En esa época a veces, yo iba a los museos, fui también a Figueras a ver su casa y algunas obras…pero poco a poco el señor Dalí me ponía cada vez más nervioso. Para mí, hacía demasiado su bailecito   con sus ojos, sus bigotes, su ego; también la estación de ferrocarril de Perpiñán…Entonces, frente a tanto marketing pintural, mi historia con él se acabó.

-   Bueno -me dice Gérard- no te preocupes, te voy a ayudar: te escribo una pequeña historia y tú la presentas a tu profesora y tus compañeros… ¿Cuál cuadro escogemos? dime…

-    Guernica -le contesto-

- ¡Huy!  No creo que sea de Dalí :  es de … ¿¿?? …no importa.  Mira, de Dalí…  Hay “ Los relojes flácidos" ..¿Si? …pero… no…bueno, tú prefieres “Figura en la ventana” ¿verdad? ¿Está bien?

Figura en la ventana - 1925
- Vale, escríbelo y me lo mandas muy pronto.

...y Gérard cumplió su palabra y me mandó su texto el día siguiente…pero en francés…entonces tuve que traducirlo o mejor dicho tratar de traducirlo… Esto es el resultado de su ¿eh? ...disculpen… de nuestra colaboración:



Paréntesis
               Mirada lejana, la bellísima catalana, en su vestido ligero, sueña...Más allá del puerto, un alma solitaria pone sus redes.
               Al caer la noche, los brazos pesados, los ojos cansados, Pedro encontrará a Julia, le contará su día de pesca y su cotidiano.
Al Horizonte, a toda vela, casco ligero, un velero se aleja de la tierra. Al timón, está Juanito, su primer flirteo. Se va a un crucero en el gran mar azul.
En el puente, Julia, los cabellos perfumados de rocío, canta, baila. Su vestido flota al viento. Ella está feliz. Juanito le lleva un coctel.
Sonrisas cómplices, él le muestra un delfín que juega en la proa, luego otro, le sigue un tercero, espectáculo gigante en la arena del agua. Reflejos de plata al alcance de la mano. Tanta elegancia le llega a lo más profundo de su ser. Los ojos enrojecidos, ella se impregna de este momento…
El teléfono suena, Pedro vuelve al Puerto.
Construcción blanda de judías hervidas
Fin del sueño 
                               
                                                                    Dominique
Relojes blandos

     

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