¡A mí me encanta Gaudí con
su estilo tan extravagante respeto a la arquitectura y la decoración!
Tuvimos la suerte de hacer
una visita guiada, con una guía agradable y muy animada.
¡No más que una hora, qué lástima:
tuvimos que respetar el horario!
Gaudí nació en Reus
(Tarragona) en 1852. Se matricula en la Escuela de Arquitectura de Barcelona en
1878.
Llegó a trabajar en un
período en el cual Barcelona se reformaba: se echaban a bajo las antiguas
murallas para nuevas construcciones donde iban a desarrollarse nuevas técnicas como
hilería y mecánica. Lo gótico le influyó;
mezcla este estilo con el árabe mudéjar.
¿Gaudí? Todos conocen su
obra maestra, La Sagrada Familia, esa iglesia que siguen construyendo un siglo tras
su muerte (en 1915, atropellado por un tranvía) siguiendo sus ideas pero con
los materiales y las técnicas actuales.
Para mí, la Sagrada Familia
es un encanto, una perfección.
Para conseguir esa
perfección, tuvo Gaudí un « laboratorio »:
§ Recibe
el encargo de unas obras por parte de la ciudad de Barcelona : los
portales de hierro forjado del parque de la Ciutadella, los faroles de la Plaza
Real, una fuente en la ciudad vieja
§ Recibe
también el encargo de unas cuantas obras por parte de gente rica : la
tienda de un fabricante de guantes para la Exhibición universal en París, que
empieza a hacerle famoso,
y las casas de los señores Vicenz, Miralles, Batlló,
Milá y Güell…
§ Además
trabaja Gaudí por la Iglesia : el palacio episcopal d’Astorga, el colegio
Teresiano de Barcelona
Por lo tanto, cuando
empieza Gaudí una construcción, estudia cómo la va a integrar en el medio ambiente;
dice que la construcción sólo estará acabada cuando la fachada, los detalles, los ornamentos y toda la decoración
interior fueran acabados.
Todas las realizaciones anteriores
le sirven a Gaudí para La Sagrada
Familia (5 naves, una cruz, una ábside
con deambulatorio, un claustro, 18 torres (al final), 3 fachadas representando
las 3 etapas de la vida del Cristo); la obra evalúa como evalúan sus demás obras:
Gaudí realiza planes pero no tiene directora, trabaja con esbozos que se suceden.
Entramos en la Basílica,
bañada de luz. Cuando le sustituyeron al arquitecto de la cripta, Gaudí trató
reorientar el edificio para que la Fachada del Nacimiento fuera a la salida del
sol, la Fachada de la Pasión al ocaso.
Ahora, poco se utiliza la
iglesia mientras siguen las obras; hay que notar el « baldaquino »
majestuoso, alumbrado por la cúpula
encima del altar mayor, a la cruz de las naves.
En la Sagrada Familia, repite Gaudí la cúpula
con ojos que estudió en el Palacio Güell, que había situado en el centro del edificio
para dar claridad al salón.
Cuando uno entra en La Sagrada Familia,
puede pensar que está dentro de una selva de altos robles.
Las columnas son muy elegantes, rectas,
finas y casi frágiles, de pórfido, granito o piedra de Montjuic. Gaudí las dibujó con mucha precisión, estudiando
con modelos (de yeso o con hilos). Para él, no hace falta un contrafuerte para
sostener la carga del edificio, utiliza el arco « con cadena » y crea
un arco hiperboloide (¡cálculos muy difíciles de proprio matemático que
era!) y pequeños arcos
que se pueden ver como ramas.
Efecto de luz en el interior |
El resultado
es impresionante y cada uno se pregunta lo qué Gaudí hubiera construido con la técnica que disfrutamos hoy día.
El día que visitamos, las vidrieras del
transepto daban colores muy vivos que
animaban el edificio. Joan Vila Grau las está realizando según el simbolismo que
decidió Gaudí.
Notamos también los « ojos »
que darán luz una vez las flechas acabadas de construir y que por ahora van
tapados.
Dando la vuelta, pasamos delante del
interior de la puerta principal: en bronce, es muy digna de interés, con el Páter
Noster en catalán de un artista catalán, Subirachs.
Vemos también unas cuantas piezas de hierro forjado (rejas y
candelabros, la pila de agua bendita) pero poca decoración: unas esculturas de piedra,
el juego de la banderilla de los balcones, como si la sobriedad del interior
daba más relieve a la decoración de las fachadas.
En la fachada del Nacimiento, de la
Pasión, de la Gloria Gaudí expresa su fe
que era muy intensa. El estatuario es diverso y muy detallado: referencias
a la liturgia, representación de la naturaleza (animales, flores, hojas), de oficios o
innovaciones.
Al iniciar la visita nos paramos
delante de la fachada del Nacimiento,
acogidos por las tortugas marítima y terrestre, símbolo de lo que no cambia. Leemos
la vida de Jesús y los dogmas del catolicismo. Varios fueron los artistas que
esculpieron esas esculturas según las indicaciones de Gaudí respeto a su forma
y a su posición.
Al final de la visita, nos paramos en
frente de la Fachada de la Pasión. La realizó Subirachs en 1989, respetando la
idea y los dibujos de Gaudí con su estilo propio ángulos, perfiles marcados. En
« nichas » delimitadas por columnas que se parecen a huesos (¿la Casa
Batlló?) el escultor representa la historia de la Pasión en tres planes; a los
pies de Judas añade el cuadrado mágico (la suma de todas las líneas es la edad
de Cristo).
Casa Milá o La Pradera |
Mientras trabajaba en la Sagrada Familia
Gaudí seguía trabajando como arquitecto « privado ». Por eso dicen que estudió las torres cónicas
de La Sagrada Familia en la Casa Calvet; dicen que las aberturas de los
campaniles de La Sagrada Familia son las mismas que la Pedrera, mismo número de
columnas, elevación « en forma de hélice », que sus escaleras
son las mismas que en la Casa Milá.
Las torres y
los campanarios van cubiertos de « trendicas », piedras y cerámica
como los techos de las chimeneas esculpidas de la casa Milá, de la finca Güell,
o la Casa Vicenz.
Mucho nos
queda para conocer a Gaudí.
Al no ir a
Barcelona pronto, podríamos planificar el viaje de antemano: ¡Nos aseguran que se
terminarán las obras en la Sagrada Familia en 2026!
Juanita
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