jeudi 7 mai 2020

Luis García Jambrina - El manuscrito de piedra

   Nació en 1960 y es profesor titular de Literatura Española en la Universidad de Salamanca, doctor en Filología Hispánica y máster en Guión de Ficción para Televisión y Cine. Escribió el libro “El manuscrito de piedra” en 2008.

   A finales del siglo XV, Fernando de Rojas, futuro autor de La Celestina y todavía estudiante de Leyes en Salamanca investiga el asesinato de un catedrático de Teología en una ciudad fascinante y misteriosa inmersa en una época de grandes cambios y conflictos, donde se entrecruzan la situación de los judíos y los conversos, las nuevas doctrinas religiosas y un creciente humanismo. Combina con gran habilidad la novela histórica  con el thriller en una narración llena de enigmas, tensión e intriga.




         A esa hora, entre dos luces, Salamanca tenía algo de te-nebroso y espectral, como un gran monstruo dormido que, en cualquier instante, podía despertarse con mal genio. Si aguzaba el oído, podía oírlo respirar y aun llegar a oler su fétido aliento. De repente, tuvo la sensación de que alguien lo seguía, emboscado en las sombras. Fray Tomás miraba a un lado y a otro, sin dejar de caminar. Tenía prisa. Necesi¬taba confesarse, como fuera, y liberarse de esa tremenda carga que amenazaba con volverlo loco. El canto de una lechuza lo llenó de aprensión. A la altura del Colegio .Mayor de San Bartolomé, apretó el paso, pues creyó ver una sombra que se movía por las paredes del edificio, como si fuera un reptil. Aún le faltaba atravesar un último grupo de casas a su izquierda. Deliberadamente, hacía ruido al pisar para sen­tirse menos solo, pero el eco de sus pasos a sus espaldas no hacía más que acrecentar su temor. Por fin, tras un recodo, pudo ver, al otro lado de la plaza del Azogue Viejo, la imagen tranquilizadora de la Iglesia Mayor.
      Decidió probar suerte por la puerta del Azogue, pero estaba cerrada. De modo que tuvo que rodear la torre de campanas para dirigirse a la entrada principal. En su camino, estuvo a punto de caer en una zanja llena de agua y de trope­zar con un sillar abandonado. Cuando al fin llegó al pórtico de la Penitencia, se detuvo un instante para recuperar el alien­to. Respiraba con gran dificultad. Entre sus jadeos, creyó oír el ruido de unos pasos un poco más allá. Demasiado tarde para escapar; de las espesas sombras que envolvían la entrada, surgió de pronto una más negra que lo embistió hasta derri­barlo. Desde el suelo, pudo ver con claridad cómo su agresor sacaba un arma de debajo de la capa y, sin mediar palabra, se la clavaba una y otra vez en el vientre, en el pecho y en los costados. Paralizado por el horror, no fue capaz de pedir auxilio. Mientras se desangraba, aún tuvo tiempo de pensar, con consternación, en lo que le estaba sucediendo. No le importaba tanto morir acuchillado a la entrada de la catedral como expirar sin haberse confesado, lastrado por una culpa y un secreto de los que ya no podría librarse por los siglos de los siglos.
     —¡Confesión! —llegó a decir con el último suspiro.

Alberto Pérez director del programa De tú a tú entrevista a Luis García Jambrina.


 Un repaso a su exitosa incursión en la literatura con títulos como 'El manuscrito de piedra',  'El manuscrito de nieve' o 'En tierra de lobos'. (SEGUNDA PARTE).



   Al escritor le  importaba mucho mostrar la ciudad de Salamanca y el ambiente del siglo XV tal y como podía ser entonces. Consultó planos que hicieron historiadores, y además es una ciudad que conoce muy bien. Dice que en aquella época todavía no se habían construido los edificios más importantes de dicha ciudad, ni la Plaza Mayor,, ni la Catedral nueva, ni la Casa de las Conchas (que se estaba construyendo en ese momento).  Por eso quería rescatar lugares que son menos conocidos o que ya han desaparecido y hacer que eso fuera visible para el lector; que el lector pasease con Rojas por las calles cuando lo hacía éste, que viera cómo eran las tabernas, los trabajos… quería que todo eso fuera una cosa palpable y visible y que se viera de verdad el sitio donde está situada la novela. Ver los bajos fondos pero también ver los lugares del poder. Porque, aunque hay un narrador, siempre lo vemos todo a través de los ojos de Rojas.

   Para conocer un poco la ciudad de Salamanca  pincha aquí para ver un documental.

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