Extraída de Cadena Ser |
Una mujer espera invitados a comer. Cuando más apurada está por el poco tiempo que tiene para prepararlo todo. Si quieres saber la continuación pincha en la imagen.
(TELÉFONO)
SOLEDAD: ¿Sí?
MADRE: Hija, por fin me coges.
SOLEDAD: Hola, mamá.
MADRE: ¿Qué tal estás?
SOLEDAD: Sí, pues acelerada porque José Luis viene a comer con su jefe y no tengo
nada hecho. Es que no he podido salir antes.
MADRE: ¿A qué hora vienen?
SOLEDAD: A las dos. La una ya. En una hora están aquí. Voy a ver
qué preparo.
MADRE: Tranquilízate, hija. Haz unas pechugas de pollo, no te compliques. Y una
ensalada.
SOLEDAD: Sí, no te preocupes.
MADRE: ¿Te la han arreglado?
SOLEDAD: ¿La lavadora? No, qué va.
MADRE: ¿No han ido?
SOLEDAD: No vinieron, para matarlos, ¿eh?
MADRE: Bueno, bueno.
SOLEDAD: No, si... ya... y me dijeron que venían ayer seguro, seguro, sin
falta, y tampoco.
MADRE: Mira, estas cosas las dejo siempre en manos de tu padre porque a
nosotras, es que nos toman el pelo. No aprendemos. ¿Has vuelto a llamar?
SOLEDAD: Sí, claro que he llamado, mil veces. Oye, mami, que te tengo que dejar
ya, ¿vale? que me tengo que poner.
MADRE: Bueno, como quieras.
MADRE: Venga, un besito, venga, luego te llamo. Chao.
(TIMBRE)
TÉCNICO: Hola.
SOLEDAD: ¿Le puedo ayudar en algo?
TÉCNICO: Eso mismo digo yo.
SOLEDAD: ¿Es usted del servicio técnico?
TÉCNICO: Pues claro, mujer. ¿Quién voy a ser si no?
SOLEDAD: Pues le esperaba ayer.
TÉCNICO: Ayer, ayer, no nos pongamos nostálgicos que el ayer no volverá.
SOLEDAD: Pues es que no ha podido coger peor momento para venir.
TÉCNICO: Bueno, pues ya si eso, vuelvo otro día.
SOLEDAD: No, no, no, no, que con lo que ha costado que viniera. De eso nada.
TÉCNICO: Claro, esa es la actitud, claro que sí, mujer. Venga, permiso. Ya cierro yo, que veo que usted no...
SOLEDAD: Oiga, oiga, que es aquí.
TÉCNICO: Ya, ya, mujer, pero me gusta a mí conocer el entorno donde trabaja un aparato, ¿me entiende?
SOLEDAD: Es la lavadora lo que no funciona.
TÉCNICO: Sí, pero es que estoy en ayunas desde hace un rato.
SOLEDAD: Pues ya comerá algo cuando llegue a su casa, oiga. Ahí la tiene.
TÉCNICO: Bueno, bueno, bueno, bueno. Este modelo... Buff.
SOLEDAD: ¿Qué le pasa a este modelo?
TÉCNICO: Que este modelo es una versión anterior, señora.
SOLEDAD: ¿Versión anterior a qué?
TÉCNICO: Que es muy viejo, quiero decir.
SOLEDAD: Pero, ¿cómo que muy viejo? Si tiene menos de dos años.
TÉCNICO: Es que menos de dos años es lo mínimo.
SOLEDAD: ¿Lo mínimo de qué? Pero, ¿de qué me está usted hablando, que me está volviendo loca?
TÉCNICO: Escúcheme, que yo a usted le arreglo la lavadora sin ningún problema. Que yo me dedico a eso, precisamente.
SOLEDAD: Ah, bueno, pues entonces estamos de suerte.
TÉCNICO: Bueno, de suerte, suerte, relativamente, porque yo aquí no tengo herramientas.
SOLEDAD: ¿Perdón?
TÉCNICO: Que aquí no tengo herramientas. Hombre, podemos intentar abrirlo, qué le digo yo, con un cuchillo, pero mismo le hago un avío.
SOLEDAD: ¿Y el maletín?
TÉCNICO: ¿Eso? Solo llevo documentos, y además, que no tengo la clave.
SOLEDAD: ¿Cómo?
TÉCNICO: Hombre, son tres dígitos, podemos ponernos aquí como locos a probar números, pero igual nos dan las once de la noche.
SOLEDAD: Mire, vamos a ver, es ya la una y pico, no he hecho la comida, no he puesto la mesa y mi marido viene a comer a las dos con el jefe.
TÉCNICO: ¿Con el jefe de usted?
SOLEDAD: No, con el jefe de mi marido, al que no conozco.
TÉCNICO: ¿Que no conoce a su marido?
SOLEDAD: No, al jefe de mi marido.
TÉCNICO: Bueno, pues tranquila, mujer, que a las dos lo va a conocer, no sea usted ansias.
SOLEDAD: Mire, ¿sabe lo que le digo? Que voy a llamar al servicio técnico, que me sé el teléfono de memoria de las veces que llamé ayer para reclamar.
TÉCNICO: Que es broma, mujer, que yo no soy el técnico la lavadora, que soy el jefe de tu marido.
SOLEDAD: ¿Cómo?
TÉCNICO: El jefe de tu marido, el que viene a comer.
SOLEDAD: ¿Usted es Enrique?
TÉCNICO: Claro, Enrique, pero no me trates de usted, tutéame, por favor.
SOLEDAD: Pero y cómo es que...
TÉCNICO: Bueno, porque soy muy, muy, bromista, lo siento.
SOLEDAD: ¿Y José Luis? ¿No venían juntos?
TÉCNICO: Sí, venía con José Luis, lo que pasa es que he terminado una cosa cerca de aquí antes de tiempo y me llamó y me dijo, oye, súbete a casa que está...
TÉCNICO: Soledad.
TÉCNICO: Soledad, que está Soledad. Súbete a casa y me esperas allí. Bueno, Enrique.
SOLEDAD: Soledad.
TÉCNICO: Sí, claro, ya, Soledad.
SOLEDAD: Pero cómo me haces esto, Enrique. De verdad, que tengo un susto en el cuerpo tremendo, que es que no estaba llamando al servicio técnico, estaba llamando a la policía, te lo juro.
TÉCNICO: Ay, ay, ay, ay, perdóname por favor si te he asustado, perdóname.
SOLEDAD: Sabes qué pasa, que es que el otro día le entró a una vecina un loco en su casa. Yo ya estaba pensando, este es el loco que entra en las casas, que ahora se ha colado en la mía.
TÉCNICO: Lo siento, Soledad, me he pasado, ¿verdad? Me he pasado. La culpa es de José Luis, que me dijo que tenía mucho sentido del humor.
SOLEDAD: Bueno...
TÉCNICO: Lo olvidamos. ¿Te parece? Venga, al lío. Dime lo que tengo que hacer, que yo me pongo manos a la obra enseguida. Venga, vamos allá.
SOLEDAD: Bueno, pues pon agua a hervir.
TÉCNICO: Ya verás cómo hago esto yo. Una receta buenísima. Os vais a chupar los dedos.
SOLEDAD: Oye, qué vergüenza, por Dios, Enrique, que te invitamos a comer y acabas cocinando y haciendo el menú tú.
TÉCNICO: Nada, mujer, yo, encantado.
SOLEDAD: Sí.
TÉCNICO: ¿Que te ha hablado de mí, José Luis?
SOLEDAD: Sí, sí.
TÉCNICO: ¿Y qué te ha dicho?
SOLEDAD: Bueno, pues...
TÉCNICO: Pues, ¿qué?
SOLEDAD: Jopé, que me va a matar.
TÉCNICO: Suéltalo, mujer.
SOLEDAD: Oye, que no te ofrecido nada de beber. ¿Quieres una copa de vino o una cerveza?
TÉCNICO: Vamos a abrir el vinito blanco que tienes en la nevera, que tiene una pinta fantástica. Bueno, si te parece bien, ¿eh?
SOLEDAD: Sí, sí, claro. Los vasos los tienes aquí. Los vasos están aquí.
TÉCNICO: No, no. El vino siempre en copas, Soledad, concretamente estas dos que tengo aquí controladas.
SOLEDAD: Tienes el abridor en el cajón.
TÉCNICO: Si tengo todo aquí en el maletín. Bueno, qué, cuéntame.
SOLEDAD: Pues es que es que me ha dicho que eres clavadito a Hugo Silva.
TÉCNICO: ¿El actor?
SOLEDAD: Sí, sí, siempre me lo ha dicho, ¿eh? Mi jefe es clavadito, clavadito a Hugo Silva, solo que...
TÉCNICO: Solo que... ¿qué?
SOLEDAD: No, que me va a matar, te lo juro.
TÉCNICO: No, suéltalo, Soledad, porque si no, el que te va a matar soy yo.
SOLEDAD: Mira, es que dice que eres clavadito a Hugo Silva, pero en bajito.
TÉCNICO: Qué cachondo, José Luis. Podemos hacer una cosa, cuando venga, le vamos a dar una collejita pero en bajito, ¿te parece?
SOLEDAD: No, no, pero que también dice que tienes una voz aflautada y, para nada, tienes una voz preciosa, Enrique.
TÉCNICO: Muchas gracias, Soledad, muchas gracias.
JOSÉ LUIS: Hola.
SOLEDAD: Uy, ya está aquí.
TÉCNICO: Venga, corre.
SOLEDAD: Hola, José Luis.
JOSÉ LUIS: Hola, cariño. Pasa, pasa. Mira, este es Enrique.
ENRIQUE: Mucho gusto, Soledad, de verdad, muchísimas gracias por la invitación. Bueno, tu marido me ha hablado de ti muchísimo, ahora, te voy a decir una cosa, eres mucho más guapa todavía de lo que él me decía, ¿eh?
TÉCNICO: Anda. No, no, no me digas nada. Este es tu marido y tú... tú eres Enrique fijo, ¿eh? Pues es verdad, eres clavadito pero en bajito, macho.
ENRIQUE: Oiga, perdóneme, pero ¿le conozco yo a usted de algo?
JOSÉ LUIS: ¿Este quién es?
SOLEDAD: Eso quisiera yo saber.
TÉCNICO: No, todos quisiéramos saber, Soledad, todos.
JOSÉ LUIS: Oiga, perdóneme. Si alguien me explica quién es este señor y qué hace en mi casa...
TÉCNICO: Pero ¿quién voy a ser, perla, quién voy a ser? Tú entras en tu casa y te encuentras a tu mujer con un señor que coincide que no eres tú. ¿Quién quieres que sea? Piensa un poquito, campeón.
SOLEDAD: ¿Pero qué coño estás diciendo?
TÉCNICO: Pero que es broma, mujer, que es broma. Tú piensa un poquito también, que soy yo el loco que entra en las casas, así que cuidadito conmigo, porque estoy muy loco.
ENRIQUE: Pues igual he venido en mal momento, ¿no?
TÉCNICO: Que no, que es broma. José Luis, ¿no? Soy del servicio técnico, el de la lavadora, que os voy a arreglar la lavadora enseguida. Debe ser una cosa del termostato, estoy seguro, pero tranquilos porque tengo ahí de todo en el maletín. Perdóname, que me gustan mucho las bromas, se lo he dicho antes a tu mujer, que soy muy bromista. Que me encantan las bromas, digo.
ENRIQUE: ¿Por qué me grita?
TÉCNICO: Perdona, coño, como te veía tan pequeñito, he pensado que estabas allí a lo lejos.
JOSÉ LUIS: Pero, ¿qué clase de broma es esta?
SOLEDAD: No tengo ni idea, pero yo a este tío lo mato.
ENRIQUE: Ya lo mato yo, que está usted impedida. Bueno, quiero decir, que está inválida, quiero decir... O sea, a ver, que usted no podría, que tendría que ser yo, porque usted está tullida, inválida, no me salía la palabra, inválida, inválida, perdone. Inválida, quería decir, es que no me salía la palabra, inválida.
SOLEDAD: Ay, pues tenía razón mi marido, que es usted es clavadito a Hugo Silva... pero en versión enanito del bosque.
JOSÉ LUIS: Oye, yo no he dicho eso.
SOLEDAD: No, si me lo he inventado yo, igual que me ha inventado que a ti en la oficina te llaman Gárgamel porque siempre vas con el pitufo.
ENRIQUE: O sea, que es por eso...
JOSÉ LUIS: Soledad, por Dios.
ENRIQUE: Pues sí que tiene mala leche la paralítica.
JOSÉ LUIS: No es paralítica, es parapléjica. Soledad tiene movilidad limitada.
SOLEDAD: Pero, ¿cómo que movilidad limitada? ¿A que me levanto y me voy?
ENRIQUE: Que me levanto y me voy, dice.
SOLEDAD: Que era una broma, José Luis, cómo me voy a levantar. Igual me he pasado.
ENRIQUE: Pues lo mismo sí.
SOLEDAD: ¡ José Luis!
TÉCNICO: Oye, oye, oye, chicos, por favor, por favor, siento ser aguafiestas, pero con tanto ruido es que soy incapaz de pegar ojo, lo siento, por favor, ¿eh?, por favor.
ENRIQUE: Uf, me he dejado el ticket del coche sin poner.
SOLEDAD: ¿Qué hace usted en pijama?
TÉCNICO: Ah, no, es que me he echado un rato, como este. Es que a mí, aunque sea una siesta pequeñita, es que me gusta ponerme el pijama, porque si no, no... no descanso. Que es broma, mujer, cómo me voy a echar la siesta, por Dios. Llevo el pijama, ahí, en el maletín para hacer bromas. Un poquito de sentido del humor, Soledad. Ahora voy, y te arreglo la lavadora.
EMERGENCIAS: ¿Emergencias?
SOLEDAD: Sí, mire, le llamo de la calle Villanueva, número 13, segundo derecha.
EMERGENCIAS: ¿Su nombre, por favor?
SOLEDAD: Soledad.
EMERGENCIAS: Dígame, Soledad.
SOLEDAD: ¿Tiene para apuntar?
EMERGENCIAS: Sí, claro, dígame.
SOLEDAD: Pues mire, van a ser dos pizzas individuales con bacon y pepinillos y una mediana cuatro quesos, y, de beber, Fanta de naranja. ¿Qué van a tardar?
EMERGENCIAS: ¿Perdón?
SOLEDAD: Que es una broma, mujer, que es que tengo un loco que se me ha metido en la cocina, el jefe de mi marido es de verticalidad limitada, y mi marido está con un disgusto severo.
EMERGENCIAS: ¿Cómo dice?
SOLEDAD: Por favor, no tarden.
EMERGENCIAS: Oiga, escúcheme...
SOLEDAD: Qué poco sentido del humor.
(TIMBRE)
SOLEDAD: Este va a ser el de la lavadora.
Vocabulario:
Aguafiestas: Persona que estropea cualquier fiesta o diversión.
Chuparse los dedos: Expresión utilizada para indicar que una comida está muy buena.
Colarse: coloquial. Introducirse a escondidas o sin permiso en algunas parte.
Colleja: Coloquial. Golpe dado en la nuca con la palma de la mano.
Gárganel: Villano de la serie Los pitufos.
¡Jopé!: Interj. eufem. coloquial para expresar irritación, enfado, asombro.
Pasarse: Coloquial. Excederse, ir más allá del límite.
Picar: Tomar una pequeña porción de alimento.
Pitufo: Personaje enano de color azul y gorro blanco, protagonista de la serie Los pitufos.
Ser clavado a: Muy parecido casi igual.
Sin falta: Puntualmente, con seguridad.
Tener mala leche: Expresión coloquial. Tener mala intención.
Para Teresa Perales su círculo de oro es su familia y lo explica en el siguiente reportaje.
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