samedi 8 décembre 2018

Juan Rulfo


Foto extraída de internet  - Foto de Juan Rulfo

Mujer: - ¡Eh hombre! despacito por favor.
Juan:  - Es que atardecerá pronto, nos queda un largo tramo por recorrer, y no me gustaría ser atrapado por la noche en estas comarcas ¿Lo entiendes eso mujer?
Mujer: - Sí que lo entiendo, pero la que va andando soy yo, y la burrita por supuesto. ¡Pobrecita!
¿Te importa si intercambiamos lugares?
Juan: - ¡Faltaría más! Tenemos que llegar a Cómala de día, y ¿quieres que la gente allí me va llegar caminando y la mujer montada? Imagínate las risas ¡Cállate ya!. Mira este lindo cielo delante de nosotros, no se ve nada más que él, como si nos esperara, como si nos aspirara, como una invitación.
Mujer: - No me asustes. No tengo prisa de ir al cielo. Además, ¿estás seguro de que es el cielo lo que se presenta a nosotros de forma tan atractiva? 
Juan: - A decir verdad, hay algo extraño. Toda esa luz es extraña. El cielo debería oscurecerse a estas horas, y la temperatura bajar.  Sin embargo el calor va creciendo, aunque sé que es cosa normal en Cómala. Pero no me puedo creer que el diablo sea tan engañoso  a tal punto que disfrazara su infierno en cielito lindo mirándonos bajar de la Sierra Morena..
Mujer: - Hace tanto calor en Cómala, como si fuera en la mera boca del infierno ¿Sabes lo que dicen de los muertos de Cómala?
Juan: - No
Mujer: - Dicen que muchos de los que allí se mueren, al llegar al infierno regresan por su cobija. -
 Porque allí lo normal es ir al infierno después de morir, nunca he oído que alguien allí hubiera ido al paraíso -Me pregunto qué clase de gente vive allí.
Juan: Tienes razón Mujer, ya no tengo prisa, a partir de ahora iremos despacito. Hasta voy a aliviar la mula, pobre bestia, y ¡vamos con Dios!
                                                                                                                Felipe M

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