vendredi 7 février 2020

LOS 18 AÑOS (Por Felipe M)


LOS 18 AÑOS
por Felipe M

Los 18 años nos dan una belleza de volcán dice una canción de Luz Cazal. Pero no es el propósito de esta historia en la que no se pueda negar que los 18 años nos dan una buena dosis de osadía.

En 1968, en mi municipio, aún estaba vigente la costumbre de festejar el fin del año escolar y al mismo tiempo el conjunto de nuevos reclutas o futuros reclutas(les conscrits in francés), es decir los jóvenes de 18 años, residentes del municipio. Éramos una decena de jóvenes de 18 años y tal como los niños por Halloween pasan de casa en casa para pedir caramelos y dulces, nosotros pasamos de casa en casa para pedir un regalito.(dinero con preferencia)
En el patio de la escuela que era también el patio del ayuntamiento, hicimos de obreros para montar una carpa con madera y lona para organizar dos bailes populares en los dos últimos fines de semana de junio. Nos encargamos de todas las tareas, unos eran encargados de atender la taquilla, otros el bar, otros se encargaron de la vigilancia de la entradas.
Tradicionalmente, los ingresos del primer baile eran entregados al comité de fiestas o de festejos del municipio.
Una semana después, el secundo baile volvía a tener lugar en las mismas instalaciones y  entonces los ingresos los cobramos nosotros para hacer una fiesta, un viaje o cualquiera cosa que nos gustase. Elegimos un viaje a Palma de Mallorca. Aquel viaje quedó un buenísimo recuerdo. Para todos era la primera vez que íbamos de vacaciones sin los padres. En aquel entonces, no teníamos asistencia de los padres tal como hoy en día. Nos parecía una verdadera aventura: tomar el tren de la tarde hasta Lyon, callejear toda la noche por la ciudad, esperando la mañana para trasladarnos al aeropuerto de Lyon Bron. Además era el bautismo del aire para todos.

Nadie entre nosotros sabía ni una palabra de español. Mis compañeros no habían hecho estudios secundarios, era yo el único en conocer algo de inglés, lo que nos fue muy útil. En las discotecas, me di cuenta de que al estar ligeramente ebrio ayudaba a hablar más fluido en ese idioma. Ojalá me lo hubiera dicho antes mi profesora de inglés… Todo pasó bien y estuvimos muy contentos de aquella experiencia.
Fue mi primero contacto con España.

Felipe M


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