dimanche 23 novembre 2014

Una obra de Pejac

Pejac concibió esta serie de siluetas en su ventana, en Valencia, para cambiar la vista que era muy triste. Así, veía otra cosa y soñaba. Imaginé uno de sus sueños.

Estamos en noviembre, son las cinco de la tarde, la luz está ya desvaneciéndose. Estoy en mi ventana, un poco melancólico delante de este paisaje sin alma, compuesto de casas todas semejantes, de grúas, de antenas y de cámaras. De repente, delante de mis ojos, aparece un hombre, de pie, en un poste con cámaras, blande un corazón en la mano. Pero ¿qué hace, qué piensa, a quién está dedicado este corazón?

Imagino una chica en su ventana, a lo lejos. Se encontraron, los dos, varias veces en el autobús, hablaron mucho y se atraían; él quería declararle su amor, pero no conocía su dirección precisa. Ella le había dicho en que barrio vivía pero no en que calle. Le había dicho también que le gustaba mucho asomarse a la ventana antes del crepúsculo. Entonces, él imaginó esto para decirle que la quería. Subió en el poste frente a su barrio con un corazón en la mano esperando que  fuera a verlo.

Es una manera muy linda de hablar de amor en este paisaje de cámaras que representan el contrario la vigilancia, la inseguridad y el miedo.

Blandir: Mover un arma u otra cosa con movimiento trémulo o vibratorio.
                                                                                                                                                Catherine  

1 commentaire:

  1. Muy bonita esta historia, de todas las obras de Pejac publicadas en este blog es la que más me gusta...

    Santiago

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